Razones para no emprender con amigos
Las razones para no emprender con amigos son muchas. La dificultad viene dada por la cercanía y la familiaridad, que no ayuda a crear espacios de trabajo serios y enfocados. Cuando emprendemos, el compromiso con el nuevo negocio es fundamental y requiere de trabajo duro por parte de todos los miembros del equipo.
Si bien la confianza es un ingrediente fundamental en los negocios, esta dinámica que se da fácilmente en el plano personal, no siempre se repite en los negocios. Hay muchos que recomiendan no hacer negocios con los amigos, mientras que otros cuentan historias de éxito con sus conocidos más allegados.
Lo mejor de emprender con amigos
Se suele pensar que los equipos emprendedores más estables están conformados por personas que se conocieron en el trabajo y fueron compañeros. Se podría decir que esto es trasladable a aquellas amistades de largos años o incluso de la infancia.
También puede suceder que hacer negocios con los amigos permite que podamos compartir ideas con más liviandad y desarrollar negocios que quizás no se nos hubieran ocurrido de otra forma y que a su vez, nos da el empujón necesario para emprender.
Cuando no estamos solos podemos sumar experiencias profesionales, mucho mejor si complementamos nuestras capacidades y recursos con los de un amigo. Una amistad puede compartir el mismo objetivo, grado de esfuerzo y sacrificio que se requiere para llevar adelante un negocio propio y comprometerse con ello.
Razones para no emprender con amigos
Sin embargo, no todo es color de rosas, emprender con amigos puede traer numerosos problemas y potenciar las debilidades de nuestro negocio. Esto se debe a que la asignación de responsabilidades y remuneraciones resulta incómoda cuando ambos quieren las mismas prerrogativas y poder de decisión.
Además, los conflictos pueden desgastar la amistad, por lo que deben establecerse límites para que las discusiones de los negocios no se trasladen al ámbito personal. Así como no relajarse durante la jornada laboral que pueda perjudicar la productividad. El respeto y profesionalismo no es negociable.
La confianza entre dos buenos amigos puede llevar a cometer errores gravísimos en la constitución de una empresa, como el hecho de no crear sociedades limitadas, donde se establece que un socio no es responsable de las acciones y obligaciones del otro. Esto podría proteger al socio sin inconvenientes del socio con problemas financieros o judiciales.
La amistad también hace que los socios se olviden de establecer los términos de salida en caso uno abandone la empresa, así como las opciones para que una de las partes compre el resto del negocio.
Por lo que para evitar afectar la relación, es recomendable que al inicio del proyecto se redacte un documento donde ambas partes definan las respuestas a dar ante la aparición de conflictos o situaciones inesperadas.
También debemos fijarnos si los hábitos de trabajo de nuestro futuro socio son compatibles con los nuestros en cuanto a nivel de capacidad de trabajo, energías e iniciativa. De lo contrario, una de las partes cargará con mayores responsabilidades y terminará afectando la amistad.
Puede no haber compatibilidad comercial
Al comenzar una empresa con un amigo es fácil caer en el error de pensar que por el sólo hecho de tener esa relación la sociedad de negocios será exitosa. Incluso las personas con valores y filosofías similares pueden no compartir el mismo enfoque en cuanto a negocios se refiere.
Las diferencias en cuanto a lo comercial pueden crear un conflicto significativo cuando se establece un modelo de negocio o se cultiva la cultura de la empresa. Además, puede ocurrir que nuestra amistad no tenga la experiencia y la preparación mínima para ayudar en la creación y desarrollo del negocio.
Esta situación podría ocasionar conflictos cuando se evalúa la efectividad del trabajo de los socios y sobre todo en la asignación de ganancias.
Evaluar el rendimiento de un amigo
Si bien la honestidad debe ser la base de cualquier amistad exitosa y significativa, puede ser difícil administrar una evaluación franca y fulminante de las personas más cercanas a usted. Esto puede causar un problema importante cuando amigos se asocian en los negocios.
En este tipo de dinámicas, es común que se dejen las fallas y los inconvenientes sin resolver, solo por el temor a crear conflictos. Esto solo ocasiona que los problemas operativos continúen más de lo debido y exploten en algún momento.
Si bien las evaluaciones de terceros pueden obtenerse y pagarse, el impacto potencial de las críticas negativas aún puede dañar las relaciones de amistad existentes.
El precio del fracaso es mucho más alto
Es muy común que los nuevos negocios terminen fracasando durante los primeros 24 meses de vida, un costo financiero considerable para los propietarios de pequeñas empresas que han invertido tiempo y capital en su desarrollo.
Sin embargo, para aquellos que se asocian con un amigo o familiar, el fracaso de una empresa comercial puede crear el rompimiento de largas relaciones. El costo del fracaso es mayor cuando comprometemos nuestra vida personal y profesional. No sólo se trata de pérdidas financieras, también podría ser la pérdida del amigo y de la familia.
El éxito de una relación comercial entre amigos, dependerá de la madurez de la relación, los valores compartidos, así como tener desde el principio las ideas claras, las atribuciones y los límites de cada parte previamente definidos.
Sin embargo las razones para no emprender con amigos son muchas. Es preciso evaluar si estamos tomando una decisión en base a las capacidades profesionales y laborales de nuestro amigo. O si estamos tomando una mala decisión eligiendo a alguien que no es apto para el futuro emprendimiento.