¿Cuáles son las etapas de la vida profesional?
No siempre es fácil saber en cuales de las etapas de la vida profesional nos encontramos, para identificar el momento adecuado en el que podemos emprender un negocio propio o plantearnos crecer profesionalmente en una empresa.
Es importante analizar en qué punto nos encontramos dentro de las etapas del desarrollo profesional para lograr nuestras aspiraciones.
¿A qué llamamos etapas de la vida profesional?
Las personas tenemos la capacidad de clasificar la vida en etapas o trayectorias, con características distintas a lo largo del tiempo. Tal como se desarrolla el ciclo vital humano, un proceso de crecimiento y desarrollo que atravesamos desde el nacimiento hasta la muerte.
Con las etapas de la vida profesional pasa algo parecido, son trayectorias que se diferencian entre sí, un camino largo de constante aprendizaje, en donde el ideal es que desarrollemos acciones hacia el futuro y el éxito. Cada persona lo hará de forma distinta, de acuerdo a las capacidades y limitaciones propias, en dependencia de la sociedad y al momento que le corresponda vivir.
Para cumplir nuestras aspiraciones es importante analizar en qué punto de nuestra vida profesional nos encontramos y para ello es útil la teoría de las 3 fases, basada en la clasificación de Jim Citrin y Rick Smith, en su libro “Los 5 patrones de carreras extraordinarias: la guía para lograr el éxito y la satisfacción”.
Aunque no son etapas definitivas, pueden servirnos de guía, al igual que el modelo de las etapas de la vida profesional que utiliza el Profesor de IESE, Pin Arboleda. Este último identifica en qué fase de nuestra vida profesional nos encontramos para prever los cambios y entrar a la siguiente fase cuando el ciclo actual se haya agotado.
Este último modelo sugiere que nuestra efectividad puede tener un crecimiento, una fase de estancamiento y de declive. Esta ley se apoya en la observación de lo que ocurre en todos los seres vivos: nacen, crecen y mueren.
Sin embargo, las personas somos los únicos seres vivos que tenemos el privilegio de alterar esa secuencia natural, la respuesta está en reinventarnos con cierta frecuencia.
También es recomendable que puedas aprender cuáles son las mejores prácticas para el diseño del curriculum que te ayuden a potenciar tu perfil en cada etapa de la vida profesional.
Las 3 fases de la vida profesional
Los autores Jim Citrin y Rick Smith propusieron una categorización genérica sobre las etapas de la vida profesional. La teoría de las tres fases clasifica la vida profesional en: la fase de la promesa, la fase del ímpetu y de la cosecha.
Esta teoría no concibe al éxito como un logro económico, sino como un triunfo personal que se consigue cuando se alcanzan a cumplir las aspiraciones profesionales.
Etapa de la promesa
Se desarrolla a partir de la época inmediatamente posterior a la educación formal, los 18 años, hasta una vez cumplidos los treinta. Aquí se plantean los interrogantes sobre lo que se desea hacer y dónde trabajar. Debemos apreciar el valor de la experiencia y las posibilidades de aprendizaje.
Es indispensable el planteo de objetivos, aumentar la formación y valorar los posibles trabajos en función de la capacidad de desarrollo profesional o la proyección dentro de una empresa.
Sin importar las elecciones, es esencial reflexionar sobre las experiencias que se adquieren y tratar de tener una mejor comprensión de los talentos e intereses. Se caracteriza por vivir múltiples experiencias, relaciones con infinidad de personas y organizaciones.
Es una de las etapas de la vida profesional clave para definir la orientación de la carrera. Al combinar esta creciente autoconciencia con cada vez más experiencias, se formarán los cimientos para futuras oportunidades y logros.
Etapa del ímpetu
Desde los 30 hasta los 50 años se desarrollarán al máximo todos los objetivos a los que se aspiran. Es la época de mayor potencial, perfecta para ascender y perseguir un puesto superior dentro de la empresa, aunque también es el momento idóneo para emprender.
A medida que atravesamos una serie de puestos y de empresas en los primeros cinco o siete años de la carrera, con la experiencia, las habilidades que se hayan adquirido y las distintas situaciones en las que nos hayamos desempeñado, se generara nuestro valor de mercado.
Los antecedentes laborales son ahora demostrables para exhibir las habilidades y la experiencia pertinentes para un mercado más amplio.
Es una de las etapas del desarrollo profesional en la cual el valor potencial pasa a ser un valor de experiencia, a medida que se dominen habilidades funcionales, se desarrolle una trayectoria, asuman más responsabilidades, manejo de otros profesionales y se cultive una red de contactos.
Etapa de la cosecha
Las actividades laborales darán sus frutos y se alcanzará la fase de realización. La mayoría de la gente experimenta la etapa de la cosecha luego de trabajar durante unos veinticinco o treinta años, o desde que promedian sus cincuenta y tantos años.
Es una etapa para llegar a lo más alto con acciones como conceder conferencias, llevar la dirección de una empresa o publicar libros. Aquí las personas encontramos la manera de seguir avanzando en una carrera, el posible comienzo de una fase de estancamiento o incluso de declive.
En esta etapa también es posible hacer un repaso del historial profesional, identificar las competencias adquiridas, las diversas habilidades demostradas y la exposición ante distintas actividades económicas.
Esta es una de las etapas de la vida profesional para articular la oportunidad de seguir ascendiendo o de aprovechar otros desafíos en el desarrollo de una carrera profesional.
Etapas del desarrollo profesional de Pin Arboleda
Este modelo de etapas de la vida profesional, también nos ayuda a identificar la fase en la que nos encontramos profesionalmente, para prever los cambios que debemos realizar una vez el ciclo actual se haya agotado.
Establece que cada fase tiene una duración de 7 años, basado en la experiencias que las personas pasan una vez cumplido ese plazo, en donde ocurre un cambio de tendencia, el inicio de una nueva etapa que podría ser de estancamiento, declive o de aún más crecimiento.
Un sano inconformismo que permita cuestionar la forma en la que se hacen las cosas y ambicionar una mejor manera de hacerlas es esencial para concatenar varios ciclos de crecimiento seguidos en la vida profesional.
Fase del águila
En esta etapa se planifica el futuro profesional a largo plazo, especializándose en un campo en el que se quiere alcanzar cierto reconocimiento. Las claves del éxito son tener vista de águila, astucia de zorro, habilidad para buscar ayuda y centrar todas las energías en el desarrollo profesional.
El reto principal es pasar de un modelo de autonomía propio del estudiante hacia el modelo de dependencia del profesional que ha de estar sometido a una serie de normas, a una rutina de trabajo y a un superior.
Como una de las etapas del desarrollo profesional debemos orientarnos a crear una competencia especializada y obtener el acompañamiento de un mentor que aporte conocimientos y habilidades técnicas, que nos ayude a superar los primeros tropiezos.
Fase de la araña
La clave está en conseguir una red de relaciones valiosas y en consolidar las habilidades de directivo. Es la etapa de la movilidad, en la que se debe de optar por los mejores puestos de trabajo dentro de la empresa en la que se está o en otras organizaciones.
En esta segunda fase, el directivo debe aprender a desarrollar sus cualidades profesionales y humanas para estar a la altura de las nuevas responsabilidades, a la vez que ha de tener la paciencia propia de una araña que teje su tela sin descanso.
Los desafíos son numerosos, se debe aprender a manejar la ejecución de proyectos, hacer frente a las dependencias de los subordinados que buscan dirección, la gestión de riesgos de malas prácticas, delegar tareas, gestión del propio jefe, tejer relaciones con colegas, proveedores y clientes.
Debemos enriquecer la red de conocidos en la organización en la que nos desenvolvemos, asumir nuevas oportunidades, hacerse visible en la industria en la que deseamos prosperar con una marca personal, continuar aprendiendo, seleccionar un segundo mentor que nos ayude a crear redes internas y externas.
Fase del canguro
Es una de las etapas de la vida profesional que se caracteriza por un salto hacia otra empresa con parte del equipo y de las personas mas cercanas de su entorno profesional. Muchas personas tratan de no causar agravios, ni mantener malas memorias, llevándola como una oportunidad de progreso en cuanto a imagen y responsabilidad.
En esta fase se debe aprender a ser mentor de otras personas y, sobre todo, a mantener un sano equilibrio dinámico entre la vida profesional, personal y familiar.
Los principales desafíos que se plantean tienen que ver con calibrar cuando, como, con quien y hacia donde vamos, evitar decisiones precipitadas, la comodidad, gestionar el exceso de trabajo, tomar distancia de los mentores anteriores o de alguna persona del equipo.
La buena gestión de la fase del canguro debería dar lugar a la fase del búho, la etapa más rica y de mayor madurez de los profesionales.
Fase del búho
Esta fase es la culminación de una vida profesional bien gestionada. Viene marcada por la sabiduría adquirida con la experiencia, somos capaces de “ver de noche”, de conocer con bastante precisión qué es lo que está pasando, anticiparse a los hechos y tomar decisiones complejas.
Para llegar a ser búho hay que haber logrado una armonía entre el cerebro, el corazón, y en las distintas facetas de la vida. La fase del búho conlleva un esfuerzo de mejora personal a través de la formación, la lectura y la reflexión.
También presenta el desafío de estar atento a las olas de cambio y de saber abandonar el poder sin estorbar, dejando paso a nuevos “águilas, canguros y arañas”, quienes serán los responsables de dirigir la la empresa con una intervención del búho cada vez menor.
Fases que no son lineales
Una vida profesional bien llevada debería hacer posible el pasar de una fase a otra, como media, cada siete años, lo que no significa que los profesionales puedan llegar a fracasar o estancarse en alguna de ellas.
Los procesos de siete años a través de las diferentes etapas de la vida profesional pueden no ser lineales, pueden acelerar los cambios o producir el efecto contrario.
Lo importante es aspirar a poder ser búho en un tiempo razonable y en saber alargar esta etapa hasta el fin del proyecto profesional.
Etapas del desarrollo profesional dinámicas
Los dos formas de clasificar el desarrollo de la vida profesional en etapas te ayudarán a identificar en cual te encuentras y las acciones que debes emprender para llevar tu carrera o tu emprendimiento propio al siguiente nivel.
Todas las personas y las circunstancias que las rodean son distintas, por lo que cada una deberá adaptar las acciones a realizar con las necesidades propias.
Las etapas de la vida profesional te ayudará a trazar un camino para que puedas desarrollarte profesionalmente y lograr tus aspiraciones.