¿Qué son las emociones y cómo manejarlas?
Entender qué son las emociones y la incorporación de habilidades que nos permitan gestionarlas es esencial para nuestro desarrollo personal y profesional.
Las emociones dirigen nuestra vida diaria, las decisiones que tomamos, desde las más importantes a las más insignificantes, como la acción de alimentarnos cuando elegimos alimentos en función de lo que sentimos.
Elegimos nuestras actividades en base a las emociones que nos sobrevienen en cada momento y nos invitan a realizar acciones en torno a si estamos enojados, tristes, aburridos o contentos.
¿Qué son las emociones?
Para entender qué son las emociones es preciso hacer referencia a que son estados psicológicos propios de una persona, que se componen de una experiencia subjetiva y se traducen en una respuesta conductual o expresiva.
Se caracterizan por no ser uniformes y no manifestarse de la misma forma y en las mismas circunstancias para todas las personas por igual.
Además de ser un proceso interno de cada ser humano, también causa reacciones fisiológicas como por ejemplo el miedo que se manifiesta de forma interna y en forma física a través de fuertes palpitaciones del corazón.
Importancia e inteligencia emocional
Las emociones se manifiestan en todo lo que hacemos y sobre todo en como nos relacionamos con los demás. Las personas gastamos una cantidad significativa de tiempo en interpretar las expresiones emocionales de las personas que nos rodean.
Nuestra capacidad de comprender con precisión lo que los demás nos transmiten a través del lenguaje y de las posturas corporales, está ligada a lo que llamamos inteligencia emocional, que juegan un papel importante en la gestión de las emociones.
Así como reconocer qué emoción estamos sintiendo, evaluar su propósito acorde a nuestras circunstancias personales y decidir si continuar recreándolas o no, es posible con la ayuda de la inteligencia emocional, para manifestar las emociones de forma sana y sin causar prejuicios a los demás.
Aunque todos hemos sentido la ansiedad o el nerviosismo, no todos somos conscientes de que un mal manejo de estas emociones puede acarrear un bloqueo para nosotros mismos o incluso la enfermedad.
Habilidades para la vida
Son definidas por la Organización Mundial de la Salud como aquellas aptitudes necesarias para tener un comportamiento adecuado y positivo que nos permita enfrentarnos eficazmente a las exigencias y retos de la vida diaria.
Una vez que entendemos qué son las emociones y como repercuten en nuestros comportamientos, podemos desarrollar las habilidades para la vida que nos ayudaran a abordarlas de formas más adecuadas y menos destructivas.
Autoconocimiento
Es la habilidad de conocerse a sí mismo, de definir las características, actitudes, debilidades y fortalezas propias de nuestra propia personalidad. Se trata de reconocernos y darnos sentido a nuestra persona y a los que nos rodean.
Empatía
Se trata de entender las circunstancias y los sentimientos de otra persona aunque tengas diferencias de opinión. Es una cualidad que nos permite aceptar las diferencias con los otros y mejorar nuestras interacciones sociales.
Comunicación asertiva
La capacidad de expresarnos de forma apropiada acorde a nuestra cultura y a las situaciones que se nos presentan. Incluye la escucha activa, la forma en que decimos las cosas y cómo afecta a los demás.
Relaciones interpersonales
Es la destreza que manifestamos al iniciar y mantener relaciones amistosas, relaciones con los miembros de la familia, así como la capacidad de terminar relaciones de manera constructiva.
Tomar decisiones
Manejar de forma constructiva la toma de decisiones, implica ser proactivo y la capacidad de anticiparnos a problemas o necesidades, evaluando y mejorando nuestras circunstancias.
Manejo de conflictos
La capacidad de responder a los problemas que se nos presenten, no mirar hacia otro lado, si no visualizar un conflicto como una oportunidad de reflexión, cambio o mejora, un aprendizaje que nos ayude a crecer.
Pensamiento creativo
Se trata de la capacidad para explorar posibles alternativas y consecuencias distintas de las acciones u omisiones que tengamos. Incluye una mayor adaptabilidad y flexibilidad a las situaciones que se presentan.
Pensamiento crítico
La habilidad para analizar información y experiencias de forma objetiva. Incluye la capacidad de analizar, comparar, juzgar y usar la información con la que tenemos contacto a través de diferentes medios. Como resultado logramos sacar conclusiones propias.
Manejo de las emociones
Se trata de la gestión de las emociones y abarca el ser conscientes de la influencia de nuestro mundo emocional en nuestro propio comportamiento y cómo influyen en los demás, para así lograr responder de formas apropiadas.
Manejo de situaciones estresantes
Es una habilidad que nos ayuda a identificar lo que nos causa estrés, tensión, así como los efectos en nuestra calidad de vida. También incluye la capacidad de responder a ellas, controlar y reducir los niveles de estrés.
Emociones positivas y negativas
Las emociones guían nuestros comportamientos, por lo que actuaremos de una manera u otra según cómo nos sintamos.
Una emoción positiva, permite adaptar el comportamiento a lo esperado por nuestro entorno, a actuar correctamente en situaciones difíciles.
Si experimentamos emociones negativas o que no nos agradan, es mucho más difícil controlar nuestros impulsos y acciones, modificando nuestro comportamiento habitual en perjuicio de aspectos que hacen a nuestra calidad de vida.
Emociones positivas
Las emociones positivas son el conjunto de emociones que se relacionan con sentimientos agradables y son muy beneficiosas ya que ayudan a aumentar la atención, la memoria, la conciencia y la retención de información.
Son movilizadoras, cuando las experimentamos tenemos más ganas de hacer cosas y nos desempeñamos mejor. El humor, la ilusión y la motivación son grandes ejemplos.
Emociones negativas
Las emociones negativas estimulan sentimientos desagradables y consideran la situación que se presenta como dañina, lo cual permite que la persona active sus recursos de afrontamiento.
Las emociones negativas aumentan nuestra conciencia para focalizar la atención en el problema que se nos presenta. Ejemplos de ellas son la culpa, la decepción y la desesperación.
Ambos tipos son necesarias
Si bien las dos son importantes, el predominio de las positivas nos ayuda a tener una vida más sana y feliz, mientras que la presencia de más emociones negativas, genera estrés, agobio y que los problemas se intensifiquen.
Las emociones son estados normales y naturales, no podemos evitar sentir emociones negativas, sin embargo podemos usar la información que ellas nos ofrecen para entender las situaciones y adaptarnos a ellas.
La nueva normalidad y las emociones
Ante la pérdida de rutinas y la salida de la zona de confort que implica una pandemia mundial, debemos crear una nueva manera de relacionarnos con las personas y la gestión de nuestras emociones. La virtualidad, el distanciamiento social, los encierros largos y el home office nos traen mayores desafíos.
Nuestro cerebro, que tiene la plasticidad para aprender y adaptarse, nos permite amoldarnos a lo nuevo, no sin antes pasar por una etapa de incertidumbre. Una vez que hayamos identificado los beneficios de la situación, podemos crear una nueva zona de confort.
Gestionar nuestras emociones de forma responsable y reconocer nuestras susceptibilidades nos permite abordar la circunstancia de una mejor manera. Durante el proceso nos deberemos afrontar a emociones negativas y positivas que repercutirán en nuestro comportamiento.
Para ello podemos hacer uso de las habilidades para la vida. El primer paso es identificar lo que podemos resolver desde nuestro entorno de aquello que no está en nuestras manos, para luego ejercer acciones que darán mejores resultados con la gestión de nuestras emociones.