Tipos de trabados de puerta y cómo destrabarla

Luego de informarnos de los motivos de trabados de puertas, ahora lo que sigue es identificar los tipos de trabados de puerta y como destrabarla. En esta nota te contamos paso a paso como hacerlo según el tipo de trabado.
Tipos de trabado de puerta
1)Trabado con la llave
Significa que la llave permanece atascada en la cerradura, debido al diseño del ojo de la llave que impide que salga, porque como ya hemos visto, el fin es que entre en una sola posición y como dio media vuelta, es imposible sacarla. La llave quedó en la caja de la cerradura con medio giro (no avanza ni retrocede el pestillo).
Es bueno aclarar en este punto, que el cliente y el común de la gente nos dirá: “metí la llave al revés”.
En un alto porcentaje esto es un mito, ya que la llave no entra al revés, y de ser así debería salir tal como la pusimos. A no ser que se trate de una llave de diseño tipo consorcio que viene con tal finalidad al tener sus paletas rectas, o tener el ojo de la llave en la cerradura demasiado gastado.
Pero es importante, como cerrajeros, tener en claro que, lo que pasó en este caso, es que la llave giró, pero el mecanismo interno no.
Este caso puede tener distintas variables; como por ejemplo que la llave quebró un diente en el interior de la cerradura y no puede regresar el giro, o se ingresó accidentalmente una llave equivocada, o la llave es la correcta pero igual saltó la vuelta.

En este caso se procede así:
- Destornillar la placa de seguridad metálica que está en la puerta, o quitar los remaches, en tal caso con un taladro, o un cortafierros pequeño y la ayuda de un martillo.
- Luego de quitar la chapa protectora, procedemos a “abrir” el ojo de la llave de la cerradura con la ayuda de un destornillador grande. Lo ubicamos sobre el ojo de la llave, en la abertura de las paletas de la llave (primero en una y luego en la otra), y hacemos palanca en la parte inferior doblando hacia afuera el ojo de la llave. Utilizar un destornillador de paleta ancha y doblar lo menos posible el ojo de la llave (para deformar lo menos posible la caja), para esto probamos sacar la llave reiteradamente haciendo presión hacia afuera con la mano o con la ayuda de una pinza sosteniendo la llave por su cabeza.
- Al quitar la llave vamos a revisar y constatar con el cliente si efectivamente es la llave de la cerradura. Es posible que no sea y haya dado el giro igual. En este punto, el cliente trae la llave original, es decir, la que corresponde a la cerradura. En este caso, solo resta ingresar la llave correcta en posición invertida (dada vuelta), ya que la abertura del ojo de la llave lo permite y ésta quitará la media vuelta.
- Otro caso es cuando la llave quiebra un diente y éste queda en el interior de la caja de la cerradura, entonces preguntaremos al cliente si tiene un duplicado. En ese caso, tomamos la copia e ingresamos la llave en posición invertida y esta dará la media vuelta. En caso de que no tenga la copia tomaremos la llave y la duplicaremos en la máquina dando la altura al diente faltante como hemos aprendido.
- También puede pasar que la llave sea la correcta, pero que haya saltado la vuelta, es decir la llave giró la primera media vuelta pero el mecanismo no. Es decir, aquí no hay un trabamiento de media vuelta en el mecanismo sino que la llave giró dejando las dos vueltas de llave. Esto puede darse por el desgaste que la llave tiene o que presentan las piezas del interior de la cerradura/cerrojo. Aquí deberemos preguntar al cliente si tiene un duplicado, es posible que tenga una copia menos gastada entonces ingresamos la llave de forma habitual y quitará las dos vueltas del pestillo. Importante que si no hay duplicados deberemos “ayudar” a la llave, levantándola de manera pareja en sus giros, ya que al estar gastada es natural que no levante las placas de combinación.
Este trabamiento también es común en cerraduras muy gastadas y con lubricaciones incorrectas en sus piezas, lo que provoca un pegamento entre sus placas atascando el funcionamiento, es muy útil para estos casos unas gotas de WD40. En esta situación, la puerta puede quedar abierta o cerrada con las dos vueltas, pero la llave quedará atascada en la caja de la cerradura con media vuelta.
En todos los casos se deberá quitar la cerradura o cerrojo. Hacer una rectificación con lubricación completa, y una revisión en las aberturas de los pestillos en el contramarco, ya que esta diferencia también pudo haber sido motivo del trabamiento.
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2) Trabado sin llave
Significa que la llave no queda atascada en la caja de la cerradura, pero el mecanismo (la espiga del pestillo) queda en posición de media vuelta. Este caso, es muy similar al descrito anteriormente y crea confusión en el cliente, ya que “da la sensación” de haber dado las dos vueltas de llave al sacar la llave sin dificultad. Aparentemente, la llave cerró. El problema surge cuando el cliente (o una persona que tenga el duplicado de la llave), reingresa la llave e intenta quitar o echar llave y el pestillo no acciona porque quedó a medio camino. Esta situación se da cuando las paletas de la llave no alcanzan la altura suficiente para empujar el diente del pestillo.
Esto puede darse por:
- Un duplicado nuevo y la copia salió “más baja” que la original.
- El ojo de la llave presenta mucho desgaste en el vástago, haciendo que los dientes de la llave no levanten correctamente las placas, principalmente, el pestillo de la llave.
- La llave y/o la cerradura presentan demasiado desgaste por mucho uso.
- La abertura de los pestillos en el contramarco no coinciden perfectamente o presenta un rozamiento.
En esta forma de trabado tenemos dos alternativas:
- Copiar el procedimiento anterior. Es decir, abrir el ojo de la llave con un destornillador o palanca e introducir la llave de manera “invertida”. Con esto provocamos que la llave tome la posición del pestillo, que se encuentra en posición de media vuelta y que al girar desde este punto destraba el mecanismo.
- Preguntarle al cliente si tiene un duplicado de la llave, si es así tomamos una sierra y cortamos la paleta que impide el giro. De esta manera, la llave cortada girará en falso y accionará la segunda media vuelta.
Esta acción requiere pensar bien el mecanismo y el giro de las paletas para no cortar la paleta incorrecta, ya que de ningún modo accionará si se corta mal.
Es preciso tener en cuenta que este método sirve para ahorrar tiempo y de alguna manera impedir “tocar” la caja de la cerradura. Es muy importante tener el duplicado y no hacerlo con la única llave que se tiene de la cerradura en cuestión.
Para reparar una cerradura que ha tenido este tipo de trabamiento de estas características, hay que seguir el procedimiento de reparado y lubricación completa, prestando especial atención al desgaste que pueda haber. Muchas veces es necesario hacer una copia de llave “dejándole más altura” en la duplicadora para que la llave compense el desgaste. Es importante planchar bien la tapa y la caja en la zona del ojo de la llave.
Al volver a instalar la cerradura en la puerta, es necesario revisar su condición, ya que esta pueda presentar un descuadre con respecto a su marco. Esto pasa porque puede ser una puerta muy pesada que con los años ha cedido, provocando una descalibración en la coincidencia con el contramarco en la entrada de los pestillos en sus respectivas aberturas.
Podemos dar solución a este tipo de problemas con dos alternativas:
· Colocar arandelas para bisagras. Estas se venden en la mayoría de las ferreterías cumpliendo la función de levantar la puerta, evitando también el roce de la puerta con el piso. Para ello es necesario quitar la puerta, podemos ayudarnos con palancas si estas son muy pesadas. También es bueno echarle un vistazo al estado de las bisagras, ya que en algunos casos, estas pueden presentar desajustes con el marco, provocando desnivel en su apertura.
· Tener fresas de desgaste para el taladro es muy útil, debido a que podemos gastar generalmente la zona inferior de cada abertura de los pestillos de la cerradura. Con esto quitamos todo rozamiento evitando este tipo de trabamiento en el futuro.
3) Cuando se cierra la puerta por accidente
Existe otro tipo de trabamiento que es cuando se cierra la puerta por accidente (siendo esta de manija fija del lado externo), quedando las llaves puestas (o no) por dentro.
Puede darse porque recientemente se ha implementado esta modalidad de picaporte, ya que requiere de disciplina de parte del usuario, debido a que estas puertas no accionan el pestillo del picaporte sin la llave. Entonces, esto será habitual si no se está acostumbrado a tener consigo la llave al salir, ya sea por un descuido o accidente (el viento, por ejemplo), podemos encontrarnos frente a esta situación.
Frente a una puerta con esta característica de trabado, procedemos de la siguiente manera:
· Visualizamos la puerta y el marco en la altura donde se instaló la cerradura.
· Revisar si existe una “luz” entre estos. Si es así, introducir una varilla delgada para accionar el pestillo del picaporte. Esto lo hacemos intentando retraer el pestillo con movimiento desde el marco hacia la puerta. Intentar con paciencia y cuidado de no dañar la puerta o el marco. La varilla delgada puede ser fabricada improvisando con una hoja de sierra en desuso, esta debe ser flexible y al mismo tiempo rígida. También puede usarse un destornillador o alambre de acero con una pequeña forma de gancho en el extremo (hecho con la pinza), todo dependiendo del espacio que permita esa “luz”.
· Este método, actualmente, no es muy común poder utilizarlo, debido a que las puertas y contramarcos vienen preparados en su diseño de fábrica para que este tipo de apertura no se realice. Aunque también existen muchos herreros amateurs que no toman en cuenta esta vulnerabilidad.

Otras alternativas:
· Quitar los tornillos o remaches de la placa metálica que sostiene el manijon de la puerta. Si está sujetada con remaches, lo hacemos cuidadosamente con un taladro y una mecha de acero rápido (más grande a la medida del remache que está puesto) para desgastar la cabeza del remache (no para agrandar el agujero); también puede usarse un martillo y cortafierros pequeño.
· Al quitar la placa veremos que se descubre la abertura por donde pasa el vástago del picaporte, es decir, el ojo de la nuez. Este estará ocupado por el vástago de la manija interna.
· Tomar una pinza de punta y accionar la manija del picaporte y la puerta se abrirá. En algunos casos el vástago del picaporte no traspasa, o se encuentra al ras de la nuez, impidiendo su agarre. Entonces, probar con un destornillador plano (de paleta ancha) o construir una palanca improvisando con hojas de sierras en desuso, u otra herramienta. La idea consiste en introducirlo por las ranuras que quedan entre el vástago y la nuez, una vez insertado (el destornillador u hoja de sierra) girar, y la puerta abrirá.
· A veces, al quitar la manija fija nos encontramos con que la puerta no tiene la abertura para el vástago del picaporte, es decir, esta zona de la puerta nunca fue perforada. Entonces, deberemos hacer la abertura con el taladro, ya sea de madera o metal, se recomienda siempre empezar con mechas pequeñas, calculando su altura para luego de visualizar su ubicación con más precisión pasar a mechas de mayor grosor. Es muy importante avanzar muy cuidadosamente para no dañar la cerradura.
Si la llave del lado interno quedó puesta:
· Visualizar a través del ojo de la llave. Ubicamos la llave.
· Tomar un alambre de acero. Recomendamos que en su extremo tenga una forma de gancho bien cerrado, esto nos ayudará a que tenga mejor agarre en la llave. Lo introducimos por el ojo de la llave, esto lo hacemos con mucho cuidado de no empujar la llave, ya que caerá al piso del lado interno. La idea es meter el alambre por encima de una de sus paletas (muy importante conocer el giro que debe hacer la llave para accionar el pestillo), y hacer que baje la llave para que nos permita introducir un destornillador plano por debajo de la otra paleta (el alambre por arriba y el destornillador por debajo). Levantar el destornillador haciendo apoyo/palanca sobre el ojo de la cerradura y la llave accionará el pestillo del picaporte abriendo la puerta.
En cerraduras de cuatro placas de combinación se puede probar con llaves en desuso del mismo modelo. Al no tratar de dar dos vueltas para trabar o destrabar el pestillo de la llave las posibilidades de que una llave “parecida” accione en este tipo de cerraduras aumentan, cuando solo se trata del picaporte. Lo que nos lleva a recomendar siempre a nuestros clientes de no confiarse si salen por un tiempo prolongado con solo haber cerrado y no haber echado llave.
Apertura destruyendo la cerradura o cerrojo
Es necesario llegar a este punto luego de haber descartado todos los puntos anteriores, debido a que la apertura por destrucción de cerradura debe considerarse como último recurso, ya que presupone un gasto superior para el cliente quien tendrá que reponer la cerradura destruida por un sistema nuevo de seguridad.
Se llega a este punto cuando la puerta cerrada no posee llave ni duplicado. Puede ser que el cliente tenga una puerta con muchos años de permanecer cerrada, tal vez no recuerde si hubo un trabamiento en el cierre. Por eso es necesario siempre revisar en qué posición se encuentra el diente del pestillo, ya que esto nos informará acerca de un cerramiento de media o vuelta entera.
Es preciso saber que la destrucción se realizará sobre la cerradura con una mecha de acero rápido (6 mm aproximadamente), sufriendo la puerta solo un pequeño agujero de seis milímetros que luego será tapado y protegido con la placa metálica de seguridad del ojo de la llave o la placa de una manija fija.
Procedimiento:
- Quitar la placa metálica que protege el ojo de la llave.
- Con un punzón o punta para marcar vamos a ubicar el “punto de perforación”.
Es importante aclarar que lo que vamos a destruir es la espiga, ésta representa toda la seguridad de la cerradura. Ahora nos toca ubicarla exteriormente.
Para esto es preciso tener cierta experiencia en la disposición de las piezas en los distintos modelos y fabricantes de cerrojos y cerraduras. Pero, generalmente, este punto se encuentra a unos dos centímetros sobre el ojo de la llave y hacia el final de la paleta hacia el lado del contramarco o en el centro si se trata de un cerramiento de puerta sin llave, pero con un trabe de media vuelta.
Una vez ubicado el punto:
- Martillar el punzón en la puerta, esto nos servirá para que la mecha tenga un corte sin desvío.
- Tomar el taladro y colocamos una mecha de 4 mm (se aconseja empezar con una mecha más pequeña para facilitar la destrucción con la mecha más grande en este caso la de 6 mm).
- La mecha debe traspasar las dos o tres primeras placas de combinación (dependiendo la seguridad de la cerradura), llegando al pestillo de la llave. Lo que se pretende con la perforación es destruir la espiga o seguro del pestillo. La perforación no debe traspasar toda la caja de la cerradura, sino solo hasta el pestillo de la llave.
Recomendamos, sin embargo, en la medida que se avance en el oficio, intentar hacer el orificio por debajo de la espiga, ya que al traspasar el pestillo de la llave, cae sin dar mayor dificultad.
- Una vez realizada la perforación, utilizar una llave del mismo modelo (para ello es bueno tener un manojo de llaves en desuso). Al no existir la espiga o seguro del pestillo cualquier combinación que sea de la llave del modelo, abrirá la puerta. Si ofrece resistencia, hacer fuerza tomando la cabeza de la llave con una pinza y girar, el pestillo correrá y la puerta abrirá.
- Si no contamos con una llave, se puede usar un destornillador ingresando por el ojo de la llave y accionando el diente del pestillo al no tener espiga, este correrá sin dificultad.
· Importante antes de destruir la cerradura o cerrojo, contar con la cerradura nueva, debido a que la cerradura perforada no servirá más.
· Es necesario muchas veces contar con repuestos de pasadores o cerraduras. Muchas veces, estos son casos urgentes y probablemente nos toque realizarlos en días no hábiles, fuera del horario habitual, o alejados de casas de cerrajería o ferreterías.
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